Cuba: Una Isla en aislamiento. La COVID-19 y algunas consecuencias en la salud mental de sus pobladores.

Dra. Ms Susana Ángela Borges González
Psiquiatra y Especialista de Medicina General Integral.
Profesora de Psiquiatría de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana

La enfermedad había comenzado en diciembre 2019 en Wuhan, China Central y desde esa misma fecha los habitantes de la isla comenzaron a sentir que no resultaría ni remotamente posible que llegara a nosotros, los medios de comunicación hablaban de ella solo informando lo sucedido en otros países, por tanto el criterio de riesgo de los isleños no era concebido.
Cuba, situada en el Caribe, tiene una superficie de 109.880 Km2, con una población de 11.338.138 personas, se encuentra además en la posición 81 de la tabla de población, compuesta por 196 países y tiene una densidad de población de 103 habitantes por Km2.
La isla, cuenta con más de 95.000 médicos, 9 por cada 1.000 habitantes, y más 85.000 enfermeros, precisa el más reciente Anuario Estadístico a inicios de 2019.7 abr. 2020
Declaraciones posteriores del Ministerio de salud Pública (MINSAP) aseguran que se había comenzado desde el mes de enero a gestionar protocolos de trabajo para evitar la epidemia, que no fueron de conocimiento público por no ser necesarios en ese momento.
La Organización Mundial de la Salud el día 11 de marzo 2020 reconoce la COVID-19 como pandemia global y justamente un día después el 12 de marzo se informan como positivos tres italianos llegado a la isla el 9 de marzo y que se encontraban de gira turística en la Villa de Trinidad.
Los cubanos somos guerreros con poca disciplina. Valientes al borde de la temeridad nos exponemos, sintiéndonos protegidos de todo, por nuestra herencia socio cultural. Los ancestros africanos; la Caridad del Cobre, milagro en medio de la tormenta; la capacidad de sobrevivir hambrunas y carencias construyen el mito de “ser invencible”. Todos estos pensamientos de índole místico-religiosa están presentes independientemente del nivel de instrucción y de la capacidad intelectual de nuestros habitantes
El inicio del aislamiento que comenzó el 23 de marzo del 2020 después de reportarse 40 casos confirmados de un total de 518 muestras realizadas y permanecían ingresados 1036 pacientes en vigilancia epidemiológica,531 sospechosos y 37788 personas se vigilaban en ese momento desde la atención primaria con el trabajo incondicional, gratuito y voluntario de nuestros estudiantes de formación en las carreras de medicina.
El 30 de marzo se declara el cierre de las fronteras vuelos comerciales y embarcaciones de todo tipo.
¿Qué ha reportado para la salud mental fundamentalmente para los Habaneros, él aislamiento?
La Habana capital de la isla tiene 2 129 553 habitantes con una población flotante que prácticamente la iguala y con una extensión de 728,3 km2.
En estas condiciones desde mi visión profesional y los casos evaluados durante este tiempo se producen las siguientes situaciones en lo que a salud mental se trata:
·         Un mecanismo de negación de la posibilidad de enfermarse independientemente de la valiosa información diaria y creciente de casos, este mecanismo se relaciona entonces con conductas de riesgo importantes relacionadas con violaciones flagrantes de las medidas de protección que conducen a este tipo de individuos a conductas delictivas y psicopáticas como la venta ilegal de productos de alimentación ,sanitarios permaneciendo casi a diario en colas en los diferentes barrios de la Ciudad provocando la propagación de la pandemia, sobré todo de individuos asintomáticos.
·         Un incremento del consumo social de sustancias psicoactivas legales como el alcohol, cigarrillos y otras ilegales como la marihuana, como una forma evasiva para el control, del tedio, la ansiedad y la tristeza.
·         La asunción de la tristeza como emoción normal del momento no es asimilada y los pacientes han incrementado las peticiones de antidepresivos. Este fenómeno mucho más frecuente en individuos con factores de riesgo para la enfermedad como diabéticos, cardiópatas e hipertensos.
·         Incremento marcado del consumo sin prescripción facultativa de benzodiacepinas para solucionar en los adultos el Insomnio.
·         Inversión total del ritmo de sueño de los adolescentes y jóvenes incrementándose la dependencia nocturna a juegos computarizados en red, el uso de celulares para establecer comunicación nocturna con amigos, y el seguimiento de series en ese horario que en la mayoría de los casos no corresponden con las edades de los jóvenes. La consulta de este fenómeno es realizada por los padres pues los adolescentes no tienen critica alguna.
·         Aumento del Síndrome del atracón durante la noche, justo en niños y adolescentes.
·         Aumento de las compras compulsivas y temerarias (aun ante las repetidas advertencias de la posibilidad de contagio por las autoridades de salud y las medidas policiales). Consideradas compulsivas pues se trata de cualquier producto que exista en la tienda, independientemente de nuestras carencias materiales que el gobierno ha intentado solucionar de manera paliativa.
·         Aumento de la sensación de soledad en pacientes de la tercera edad que viven solos y que participaban en actividades comunitarias.
·         No hay incremento significativo de los Trastornos Mentales Graves ni de sus descompensaciones.
·         Aumento de los Trastornos Adaptación con ideas hipocondriacas y sobrevaloradas.
Realmente la información está basada en la observación clínica de casos consultados, quizás podamos demostrar con mayor rigor científico estas experiencias más adelante, con datos más sistematizados y experiencia acumulada.


                                               La Habana, 27 de abril 2020


Comentarios

  1. Amalia Tesoro Amate12 de mayo de 2020, 10:33

    Excelente artículo, Susana. Me llama mucho la atención que atribuyas la indisciplina para guardar la distancia física necesaria para evitar el contagio a características culturales: los ancestros africanos, la Caridad del Cobre, la capacidad de sobrevivir a hambrunas y periodos difíciles.
    Yo creo que en España, que también ocurre, influye más la cultura neoliberal y patriarcal basada en la invulnerabilidad y la negación de la enfermedad y la muerte. Y también en la insolidaridad producto de una cultura individualista (también derivada del neoliberalismo económico), que niega la importancia de los cuidados al otro, a la otra, para sobrevivir como espacio. Muy interesante como siempre la transculturalidad. Muchas gracias por hacernos reflexionar..

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  2. Enhorabuena Dra Borges, por esa magnifica descripción, desde la observación clínica de la realidad Habanera, en relación a la pandemia.
    Creo que es muy similar a la nuestra, sobretodo en lo que se refiere a Trastorno Mental Grave, sin presentarse descompensaciones significativas que se puedan atribuir al
    coronavirus .
    Las incidencias en el resto de patologías también muy similares, y quizás una mención , que aquí se ha podido observar, sobretodo en personal sanitario, al Trastorno por estrés postraumático.
    Muchas gracias.

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