TELETRABAJO Y EXPLORACIÓN PSICOPATOLÓGICA
Teletrabajo y
exploración psicopatológica
Mercedes Castro García. Psiquiatra.
Coordinadora del HD-URA de la UGC de Salud Mental del HU
Reina Sofía del SAS -Córdoba-. Presidenta de la AAPSM-AEN-
Durante casi todo el
tiempo de la duración del Estado de Alarma, provocado por la epidemia del
SARS-CoV2 en España, en los dispositivos públicos de atención a la salud mental
andaluces, hemos atendido a la inmensa mayoría de los pacientes, mediante
teletrabajo, que en el caso del Servicio Andaluz de Salud ha consistido, prácticamente en exclusiva, en hablar por teléfono con los pacientes, sin
utilizar el soporte videollamada. Las llamadas telefónicas se han efectuado bien desde nuestras casas, en la mayor parte
de las ocasiones mediante nuestro propio móvil, bien desde nuestros centros de
trabajo.
Esta situación, inédita en la historia de la atención a la salud mental, merece una reflexión, evaluar las enseñanzas, los errores y las dificultades que este tipo de trabajo produce, tanto por el riesgo de un rebrote epidémico, que nos haga necesario abandonar la asistencia presencial, como para explorar si esta forma de trabajo nos ha aportado algo valioso y por lo tanto rescatable para los tiempos posteriores al confinamiento.
En este artículo,
partimos de la base de que, en Salud Mental, lo más importante de la
exploración es la exploración psicopatológica. En ella evaluamos el estado de las
distintas funciones psíquicas, individuales, relacionales y sociales, para
detectar y describir sus alteraciones.
En esa evaluación
utilizamos como procedimientos: La
observación y la entrevista, a través de las cuales obtenemos
información directa e indirecta. Ambas constituyen las herramientas con las que
valoramos los distintos aspectos psíquicos de la persona y mediante la
entrevista, se va creando la relación que constituirá un vínculo significativo,
imprescindible para el tratamiento.
Ambas herramientas pierden gran parte de su efectividad con el tratamiento basado en la llamada telefónica. Para las primeras entrevistas, efectuadas a una persona que no se ha explorado nunca, parece difícil si no imposible, construir un vínculo basado exclusivamente en la voz y es obvio que incluso para los pacientes conocidos previamente, en especial para las personas que padecen TMG, podemos pasar por alto muchos aspectos psicopatológicos básicos.
Según Ey, las actitudes respecto a la
entrevista pueden dividirse en reacciones de confianza, oposición o indiferencia.
Cada una de estas
actitudes, facilitan o dificultan la entrevista y nos orientan hacia una
patología u otra, así como nos proporcionan un feed back sobre cómo tiene que
continuar nuestra forma relacional hacia el/la paciente. Salvo en un paciente
muy conocido, en el que haya un evidentísimo cambio de actitud -que no podemos
saber con seguridad si es debido o no al cambio de contexto presencial al
telefónico o a un cambio en su psicopatología- es difícil valorar cuál de estas
reacciones está teniendo. Estas reacciones son mucho más apreciables en la
evaluación presencial que en la telefónica.
A través
de la observación (incluso
antes que la persona entre en la consulta) valoramos como ha llegado:
iniciativa propia o de otras personas, en solitario o acompañad/a
de familiares o amigo/as, de personal sanitario, etc. Cuál es su actitud en la sala de espera. Su
conducta en presencia y/o ausencia del personal sanitario.
Ya en el
despacho, observamos su apariencia y tipo de relación inicial,
aprovechando éste primer contacto para crear
un clima de confianza y confortabilidad y así propiciar la obtención de la
información que se requiere para establecer el inicio de la relación
terapéutica y de entrevistas e intervenciones posteriores. El grado
de abordabilidad o inabordabilidad (negativismo, mutismo), el aspecto, la
higiene, la marcha, la postura, los gestos, la expresión facial, el contacto
visual. Esta información no
verbal, pero sí visual, es de gran ayuda para el diagnóstico y para adecuar
nuestra actitud hacia el paciente de cara a establecer los cimientos para una
relación terapéutica y para que el paciente se sienta cómodo y seguro. También,
en ocasiones resulta la única forma de detectar tanto a aquellas personas que
intentan simular síntomas como a las que pretenden ocultarlos.
Toda esta información se pierde en el contacto telefónico. El no ver al paciente dificulta, cuando no anula, la mayor parte de estos aspectos imprescindibles, tanto para la exploración psicopatológica, cómo para la construcción de la relación terapéutica.
Además, de los tres modos de expresión existente: el lenguaje
hablado u oral, el escrito o gráfico, y el gestual o mímico, a través de la
consulta telefónica, inutilizamos estas dos últimas formas de expresión El
lenguaje verbal es muy importante para realizar una anamnesis detallada, pero a
la hora de realizar la evaluación psicopatológica es elemental apoyarnos del
lenguaje no verbal para explorar:
- La
conciencia mediante el análisis de la fisonomía, la reacción a nuestras
preguntas y otros estímulos.
- La orientación verbal y corporal y cómo
reacciona ante la exploración.
- La
memoria para lo cual es preciso pedir las respuestas casi seguidamente a la
presentación de series de dígitos o palabras.
- La
atención analizando la excitabilidad, fatigabilidad, oscilaciones y movilidad,
observando la participación en la entrevista, la rapidez o lentitud en las
respuestas o los cambios bruscos de atención.
- La
psicomotricidad, a través de la expresión facial, las características del
habla, la postura, la marcha analizando la actividad espontánea e inducida.
- El lenguaje a través del tono, el ritmo, el volumen, la intensidad y la
articulación de las palabras.
- La
afectividad, la cual es subjetiva, íntima y personal, pero se puede observar lo
que expresa y comunica el paciente. Las emociones las cuales se acompañan de
manifestaciones fisiológicas y afectan la cognición y la conducta.
- Las
sensopercepciones, a través del lenguaje verbal, así como a través de la conducta
de la persona, que puede estar hablando sola o presentar extrañas actitudes de
escucha.
- La
valoración del curso y contenido del pensamiento, se explora a través del
análisis del lenguaje, aunque en ocasiones nos relatan características de sus
pensamientos que difieren del curso del lenguaje.
- la
impulsividad: a partir de la información del pasado y el comportamiento durante
la entrevista.
Estos son
algunos ejemplos, de la relevancia en nuestro trabajo diario, donde es muy
importante la consulta presencial para poder evaluar al paciente, sobre todo en
primeras consultas y en pacientes con patologías graves en seguimiento en esta
situación de confinamiento donde debemos explorar como les afecta y en qué
condiciones lo están realizando.
Por otra parte, en la entrevista presencial, los profesionales también transmitimos con nuestro propio lenguaje corporal, aspecto clave para la relación terapéutica. El cuerpo puede transmitir un mensaje distinto al que comunicamos verbalmente. Para transmitir correctamente un mensaje, debemos acompañar las palabras con una comunicación gestual que se corresponda con la situación. Ese lenguaje corporal se manifiesta en varios aspectos y debemos de tener en cuenta cómo controlar ese lenguaje y cómo interpretar el de nuestro oyente. La mirada y el contacto visual, los gestos de la cara, el lenguaje de las manos, la postura corporal, etc., son elementos clave para acompañar al lenguaje verbal para predisponer a una comunicación más fluida. En este caso el teletrabajo no nos acompaña en esa trasmisión de lenguaje.
Dado que la exploración psicopatológica es un
ejercicio de valorar y sintetizar de un modo transversal el comportamiento verbal y no verbal; siendo
éste último un valioso instrumento imprescindible en la evaluación de las personas que padecen una enfermedad mental,
porque nos permite detectar aquello que no se dice con palabras o que se pretende ocultar, advertida o
inadvertidamente, creo que los profesionales y las personas que atendemos,
perdemos muchos aspectos de la psicopatología a través del llamado teletrabajo,
que en mi entorno laboral se queda en tele llamada telefónica, ese lenguaje no verbal de gran relevancia en
la exploración psicopatológica se queda muy escaso o nulo.
La formación hasta ahora de los profesionales de la salud mental
se ha dado desde la perspectiva del trabajo presencial, en el que existe por
defecto un conocimiento del entorno físico, y relacional. En el entorno
virtual, debemos adaptarnos a la práctica clínica comprendiendo las
implicaciones en las cuales intervienen las tecnologías. Sería preciso una formación en ese sentido, así como
un entorno que preserve la confidencialidad en la relación con el paciente.
Teniendo en cuenta que el Teletrabajo nos permite preservar a
profesionales y pacientes de contagio, así como garantizar cierta atención,
hace preciso que los profesionales estén instruidos y dar instrucciones claras
y precisas a los pacientes en el uso de videoconferencia para garantizar en las
sesiones seguridad, protección, eficiencia y calidad. Para ello es
indispensable evaluar las tecnologías a utilizar (videoconferencia o atención
telefónica). Hay que considerar qué este método es nuevo para ambas partes, y
se debería de crear un período de educación a los pacientes y a los profesionales, sobre las medidas
mínimas a tener en cuenta sobre las herramientas y espacios en que se realice
la conexión.
Atender a través de videoconferencia o consulta telefónica a
pacientes con una relación terapéutica previamente establecida de modo
presencial, tiene implicaciones diferentes a pacientes sin previo contacto, es
decir las primeras consultas. Para ellas, es necesaria una evaluación
presencial para establecer la relación terapéutica, para poder construir una
alianza terapéutica y una adherencia a las consultas de seguimiento y al
tratamiento.
En caso de que hubiera
que volver a confinarse, en función de la gravedad del paciente para un
correcto abordaje, deberíamos considerar el uso de:
·
Videoconferencias por medio de instrumentos
proporcionados por el SAS. Sin proporcionar todos los matices, que nos ofrece
la entrevista presencial, es obvio que el lenguaje analógico, se preserva más
que con las llamadas telefónicas. No parece que sea un imposible utilizar
tecnologías seguras y es imprescindible prepararse desde ya para ello.
·
Medidas de seguridad con distanciamiento, tanto
para las primeras consultas, como para los casos que sea imprescindible
realizar una exploración más rigurosa, para lo cual habría que dotar de
recursos, espacios terapéuticos y equipos de protección para profesionales y gel
hidroalcohólico, mascarilla y toma de temperatura para los pacientes.
·
Alternar la consulta
presencial con la telefónica, y en
caso de duda, decirle al paciente que se venga a consulta.
· Continuar recibiendo
primeras consultas, sin volver a pararlas, para ello
es necesario intensificar la coordinación con Atención Primaria.
Referencias bibliográficas:
- Introducción a la Psicopatología y
Psiquiatría. J. Vallejo Ruiloba. Editorial ElsieverEspaña, S.L., 2006.
- Sinopsis de Psiquiatría. Ciencias de la
conducta/ Psiquiatría Clínica. Benjamin
James Sadock, MD; Virginia Alcott Sadock,MD. Editorial Waverly Hispánica, S.A.,
2004.
-Introducción a la Psicopatología. Iñaqui
Eguiluz Uruchurtu; Rafael Segarra Echevarría. Editorial Ars Médica, 2005.
- Historia Clínica en Psiquiatría. Semiología Psiquiátrica. R.
Hernández Ribas, J.M. Crespo Blanco y J.M. Menchón Magriñá.
- Psicopatología
descriptiva: Nuevas Tendencias. Rogelio Luque; José M. Villagrán. Editorial
Trotta, 2004.
Las consecuencias de la política, desarrollas por el PP (eliminar recursos, privatizar, etc), han quedado plasmadas.
ResponderEliminarHemos aplaudido a los sanitarios que estuvieron en primera línea, hemos puesto “el grito en el cielo”, por lo sucedido en las residencias de ancianos. Ignoramos, hablo por mi, cómo ha podido ser para el resto de enfermos de diferentes tipos.
Ahora es cuándo realmente debemos hacer algo, para que ésto, no vuelva a repetirse.
Tenemos que exigir a los políticos, más recursos, que sean los profesionales quienes asesoren en estos recursos.
Felicito a estos profesionales y ojalá, en el futuro, seamos capaces de no volver a consentir, ser gobernados por la ineptitud
Las consecuencias de la política, desarrollas por el PP (eliminar recursos, privatizar, etc), han quedado plasmadas.
ResponderEliminarHemos aplaudido a los sanitarios que estuvieron en primera línea, hemos puesto “el grito en el cielo”, por lo sucedido en las residencias de ancianos. Ignoramos, hablo por mi, cómo ha podido ser para el resto de enfermos de diferentes tipos.
Ahora es cuándo realmente debemos hacer algo, para que ésto, no vuelva a repetirse.
Tenemos que exigir a los políticos, más recursos, que sean los profesionales quienes asesoren en estos recursos.
Felicito a estos profesionales y ojalá, en el futuro, seamos capaces de no volver a consentir, ser gobernados por la ineptitud